Que rico tenerlos por aquí.. Yo soy Kary

LA MARIPOSA

En las profundidades de la constelación de Cáncer, entre las estrellas más brillantes, reside Kary, una crisálida única en su especie. Su maravilloso colorido, diferente y a la vez mágico, la distingue como la personificación del viento en el universo. A lo largo de más de mil millones de años luz, Kary ha sido testigo de innumerables eventos cósmicos y ha conservado uno de los secretos más bien guardados del universo: la misión de proteger a todos aquellos que se sienten tristes y solos.

Con sus maravillosas melodías y su inigualable técnica secreta, Kary logra activar diferentes puntos energéticos en el corazón de aquellos que la necesitan, generando miles de abrazos en solo un instante. Su amor y su bondad son infinitos, y por eso se le conoce como la gran abuela de la Vía Láctea.

Aunque no tiene un hogar propio, Kary viaja libremente por todas las constelaciones, multiplicando su generosidad para todos los que la requieran. Sin embargo, su hogar natal es la constelación de Cáncer, de donde provienen sus características maternales y su gran inteligencia emocional.

Kary siempre está acompañada de una hojita natural milenaria, considerada una planta sagrada que ha sobrevivido desde la época de los dinosaurios: el ginkgo biloba. Esta plantita no solo posee muchas cualidades medicinales, como ayudar en el manejo del estrés, bajar los niveles de ansiedad y mejorar la memoria, sino que también simboliza la conexión eterna entre el pasado, el presente y el futuro.

Con su presencia reconfortante y su sabiduría ancestral, Kary trae consuelo y esperanza a todos los rincones del universo, recordándonos que incluso en los momentos más oscuros, siempre hay luz y amor esperando por nosotros.

Es un verdadero tesoro cósmico y una inspiración para todos aquellos que buscan paz y felicidad en sus vidas.